Mucho se habla sobre las oportunidades en la vida y cómo tenemos que enfrentarlas para poder tomarlas. Hay frases que se repiten culturalmente que nos dicen que las oportunidades no ocurren dos veces, mientras otros proclaman que las oportunidades se crean y que por lo tanto debemos salir con visión y tenacidad a generarlas para nuestra vida.
Lo cierto es que la vida nos presente un sin fin de oportunidades, y cuando todo parece que ha salido mal y las cosas se desmoronan una tras otra, frente a nosotros tenemos una nueva oportunidad de aprendizaje, crecimiento y transformación. Las oportunidades no se abrirán en todo su potencial si nosotros nos estamos preparados mental, emocional, intelectual y espiritualmente para percibirlas y tomarlas para nuestra vida, es por ello que si queremos vivir los beneficios de nuevas oportunidades es vital trabajar en nuestro propio desarrollo personal.
Durante los años que trabajo con personas y en mi propia experiencia de vida, me ha pasado una y otra vez, que incluso (de hecho, principalmente) en los momentos en que todo parece que va mal, donde las dificultades se vienen sobre nosotros como una ola que lo inunda todo, de pronto se abre una ventana de oportunidad, llega una persona a nuestras vidas, aparecen los amigos, una mano divina, algo nos permite que saquemos nuevos aprendizajes y los podamos usar para potenciar aquello que somos y que hacemos para llegar más lejos, convertirnos en otra cosa y ser mejores de lo que fuimos.
Sin importar lo que esté pasando por tu vida es muy importante tener claro que siempre se abre una nueva oportunidad. Que aunque todo parezca que se ha terminado, otra cosa nueva puede volver a nacer, incluso entre los escombros de tu historia anterior. Si lo estás pasando mal, te quiero invitar a que no desfallezcas y tengas fe, porque sin lugar a dudas puedes sacar lecciones valiosas de eso que te ha tocado vivir, y si usas esos nuevos aprendizajes, entonces seguramente podrás con ello construir el puente que te permita cruzar a ese nuevo desafío, a una nueva oportunidad que se pone en tu camino.
Personalmente soy un convencido que la vida nos ofrece todos los días nuevas oportunidades, algunas que no vemos, otras que viéndolas no nos atrevemos a tomar. También están aquellas que elegimos y no eran las mejores, y las que una vez tomadas nos damos cuenta que vamos directo a un siguiente nivel de evolución. Oportunidades hay en todo momento y para todos los gustos, sin embargo, no todas nos convienen, no todas nos resultan óptimas y mejores, por lo que también debemos escuchar nuestra voz interior, esa emoción, ese mensaje, esa calibración íntima que nos ayuda a discernir cuando las cosas parecen poco claras, para de esa forma poder dar el paso correcto aunque sea con dudas, pero con la claridad de que sin saber donde vamos, estará bien ese destino.
Nada se termina realmente, porque pueden cambiar los contextos, los tiempos, las personas y el quehacer, pero todo, absolutamente todo es parte de este continuo llamado vida, a la que no le podemos poner pausa ni por un instante, pero en la que sí podemos elegir a cada segundo qué oportunidad queremos tomar, compartir y construir para que esto tenga más sentido y poder llegar a ser todo eso que soñamos para nosotros mismos.
