Soy un convencido que cada uno de nosotros ha tenido la experiencia de enfrentar una situación ingrata, triste, dolorosa y muchas veces injusta. Quizás nos hemos enojado, tal vez hemos despotricado por todas partes aquello que hemos sentido como una herida, como una dificultad que lo más bien que le podría haber tocado al vecino, pero que llegó a nuestra puerta.
Personalmente, he enfrentado varias situaciones como un cáncer avanzado, el fracaso de una empresa, la estafa e infidelidad de mi propia esposa, las mentiras de aquellas personas en quien confiábamos ciegamente. Las desilusiones son parte de la vida, y no me cabe duda que uno también ha sido parte de esas decepciones de otras personas, con o sin querer.
Una de las cosas que he reflexionado largamente tiene que ver con cómo cada uno de nosotros evalúa las experiencias que va teniendo en la vida, ya sea como experiencias positivas o negativas, de aprendizaje o incluso de destrucción personal. Sin embargo, al pasar el tiempo nos damos cuenta que toda experiencia y situación contribuyó a grandes cosas. Quizás en su momento sufrimos y nos quejamos, tal vez nos enojamos y pensamos que todo iba mal, pero si tuviéramos más perspectiva nos podríamos dar cuenta de que cada cosa nos ayudó a potenciar lo que somos, a construir nuevos horizontes y llevarnos a lugares que incluso antes no teníamos ni en mente.
A las personas nos falta perspectiva, es por eso que nuestra forma de sacar el máximo partido a las experiencia no es un asunto de las circunstancias o las vivencias que tenemos, sino un problema de perspectiva. Si ahora miramos hacia nuestro pasado con seguridad encontraremos momentos difíciles que fueron fundamentales para estar en nuestra situación actual, lograr lo que hemos alcanzado y haber aprendido todo lo que sabemos hasta ahora.
Así que no importa lo que estés pasando hoy, si lo consideras malo o bueno, la opinión que tengas de esa experiencia es algo del momento, es por eso que debemos hacer el esfuerzo de tomar distancia, verlo desde arriba, encontrar ese ángulo que nos ayuda a comprender como esto se conecta con lo que vendrá después, de qué manera lo que estés viviendo será valioso para enfrentar nuevos desafíos, para crecer como persona y lograr nuevos objetivos.
Por todo esto agradece, respira y busca esa perspectiva que te ayudará a tomar la vida con más sabiduría y de cada cosa encontrar el punto en que te sumará valor para el futuro que deseas construir en tu vida.