No es novedad que el mundo está en una era convulsionada. Pareciera ser que nadie se salva de tener problemas, en diferente escala y áreas de la vida, pero el lugar donde está todo perfecto no se avizora con claridad por ninguna parte.
En la actualidad América Latina vive un momento con crisis política, social, económica y ambiental por donde quiera que uno mire, y esto sin duda que afecta el día a día de todos nosotros y nuestras familias. Con el dinero que cada día vale menos, un costo de la vida al alza, complicaciones en los servicios básicos y su calidad, el aumento de la cesantía y el crecimiento del trabajo informal, son muchas las variables que nos deberían hacer pensar por un instante cómo estamos, cómo queremos estar y de qué forma podemos enfrentar este contexto de crisis para poder capitalizarla como una verdadera oportunidad en nuestras carreras profesionales.
Si sumamos la globalización del trabajo y el hecho que ahora uno puede contratar personas desde cualquier lugar del mundo para que realice una función. O bien la tecnologización de tareas y procesos, que permite utilizar un software para realizar un sinfín de labores las 24 horas del día y los 7 días de la semana, entonces pensar nuestro actual trabajo o nuestro plan de carrera cobra otra dimensión.
Independiente en lo que trabajemos o el tamaño de la empresa en que estemos, estos factores nos afectarán de todas formas, quizás en diferente magnitud y velocidad, pero llegarán a nuestra puerta tarde o temprano. Supongo, que no nos queremos quedar sin nada que hacer (aunque algunos lo puedan decir como algo soñado, realmente no lo disfrutará), ya que el quedarse sin trabajo (o estar en el trabajo inadecuado) trae consigo un gran número de malos ratos, angustias, estrés, depresión y muchas otras situaciones a las que quedamos más expuestos.
Por lo anterior, es que tal vez sea un buen momento para pensar cómo quieres llevar este año laboral. Una pregunta que quizás te pueda ayudar es pensar sobre ¿qué puedes hacer que sea difícil de reemplazar?, en el fondo, cómo con tus habilidades, experiencias o conocimientos, puedes aportar un valor único a tu trabajo, clientes, equipo, organización, etc. Si nos volvemos profesionales sin diferencial, entonces seremos los primeros en la lista de los cambios, la automatización o la tercerización será una mejor solución a nuestro quehacer.
Tal vez piensas que ya das lo mejor y no te valoran, y eso puede ser cierto, pero también cabe la posibilidad que eso que entregas no esté siendo bien comunicado por ti, o que tus buenas ideas estén desalineadas con la organización, su cultura y los objetivos que persigue, por lo tanto, terminan siendo más una contraposición que una suma al proceso interno. Por eso, busca comprender hacia donde quiere ir la organización. Piensa cuál es la tendencia de la industria en la que estás, y levanta la mirada hacia el mundo (hoy con internet es mucho más simple enterarse), y cuando tengas claridad de qué terreno pisas y cuáles son los caminos que vienen, comienza a agregar valor único. No tienes que ser otra persona, basta y sobra con ser tu mismo/a, pero realmente piensa si lo que haces o entregas es altamente valioso y difícil de reemplazar… si lo haces, te aseguro que los resultados llegarán solos, tanto para tu trabajo actual como para nuevas oportunidades laborales, mayores ingresos, mejor posicionamiento, etc.
Deja de hacer lo que haces, tómate un tiempo para revisar de forma objetiva y luego ordena tu estrategia de trabajo, para que este año sea una oportunidad en tu crecimiento personal y profesional. ¿Qué quieres cambiar primero?