Desde mi infancia estuve metido en entornos donde se hacían negocios. Pude aprender de mis padres la tenacidad, el trabajo, la perseverancia y la honradez.
También pude aprender que las personas somos contagiosas. Nos contagiamos deseos, historias, emociones y anhelos.
Es en el contacto con otras personas donde aprendemos, no sólo del resto y de la vida, sino que también de nosotros mismos.
Durante más de 15 años participé activamente del movimiento scout, donde incorporé la obsesiva pasión de mejorar el mundo que nos rodea, partiendo por las pequeñas cosas.
En mi época de estudiante universitario, me apasionó la política y el sentido de lo público, porque creo que la vida de cada persona también depende del entorno que construimos entre todos y todas.
Durante más de una década he tenido el privilegio de formar personas en áreas de desarrollo humano. Haciendo eso he podido encontrarme con más de 20.000 personas en 14 países, donde he podido hacer cosas que me apasionan y he aprendido muchas cosas, aunque han sido dos las que más me han marcado.
Lo primero, es que, aunque parezcamos muy distintos y nuestro ego busque diferenciarnos, en el interior somos todos muchísimo más parecidos de lo que nos damos cuenta.
Y lo segundo, es que, como me gusta siempre decir: “en el encuentro de lo humano surge lo divino”
Desde la época del Atari me apasiona la tecnología y desde hace algunos años participo activamente desarrollando soluciones para el desarrollo humano, tanto en recursos humanos como en educación.
Estoy cada vez más cerca de llegar a los 40 y no dejo de pensar cada noche si estaré haciendo lo que Dios espera de mí o para lo que me ha creado. Realmente anhelo poder estar al nivel.
En incontables ocasiones pido que las personas correctas se crucen en mi camino y poder ser la persona correcta en el camino de los demás. Quizás eso motivó mi idea de crear Redarkia.
Recién ahora, metido en un avión, pienso seriamente si no será ese mi propósito. Ser un puente para que otras personas puedan cruzar sus caminos y creen aquello que debe ser creado: amistades, proyectos, familias, panoramas o conversaciones que de alguna forma cambien el rumbo y sean un regalo en la vida de otros.
Por todo lo anterior, les quiero decir que, si les puedo ayudar a conectar de alguna forma, estoy acá a disposición. Toda búsqueda motivada con buenas intenciones, no transaccional o extractivamente, es una búsqueda que amerita que cualquiera de nosotros colabore.
Si quieres, conversemos, encontrémonos y veamos cómo podemos entretejer los caminos de mucha gente, para que las cosas grandes ocurran y la vida tenga ese sabor que tanto andas buscando.
¿Qué me dices?