Una de las cualidades que siempre se destacada de nuestra especie humana, es la capacidad de ser racionales. Esto es sin duda que fantástico porque nos permite construir un pensamiento abstracto que nos ayuda a soñar en mundos nuevos, ser creativos e inventar tantas cosas que cambian nuestras vidas y la realidad en la que estamos en el día a día.
La capacidad de escuchar nuestra voz interior es una gran diferencia entre quienes van sin brújala por la vida, y aquellos que tienen una voz interna que les guía, les ayuda y muestra el camino, incluso cuando no sabemos sobre qué terreno estamos pisando.
Estamos tan acostumbrados a tener las respuestas. Desde pequeños nos premian por saber las respuestas “correctas” pero no nos invitan a desarrollar nuestro talento de descubrir lo desconocido, de escuchar lo que nos pasa, lo que sentimos, lo que de pronto se pronuncia como una voz interior, como una sensación corporal o un estado interno inespecífico. ¿Cuántas veces tomamos decisiones que sentimos deberían ser otras, pero de todas formas seguimos adelante?. Saber oírnos internamente es fundamental para nuestra calibración y el acceso a la sabiduría interna que habita en cada uno de nosotros.
Hace algunos días veía junto con mi hijo y un grupo de amigos la película Toy Story 4, y me encantó ver como en la historia Buzz Lightyear al sentirse perdido busca en su voz interior las respuestas que le ayudaban a tomar decisiones correctas. Fue así que supo lo que tenía que hacer, incluso cuando eso significaba tener que dejar de insistir y retirarse de aquello en que estaba empeñado.
Saber oírnos internamente y usar esa voz como una guía para tomar decisiones que nos hagan más sentido, para que nuestra “intuición” o incluso la voz de Dios nos guíe en el camino, es lo que nos hace ser más humanos, porque hoy estamos demasiado desconectados de esta voz que llevamos dentro y que está ahí para ayudarnos, mostrarnos y orientarnos cuando la razón o el entorno acaban confundiendo nuestro verdadero norte.
Por esa razón y muchas más es fundamental comenzar a oír nuestra voz interior, aprender a discernir para poder avanzar con paso más seguro en la vida que está esperando por nosotros.