El desafío de potenciar nuestras emociones y mejorar nuestras habilidades de autoregulación son enormes. Aprender a autocontrolarnos sin caer en la autorepresión, y a la vez ser auténticos, parece ser una paradoja sin sentido. Sin embargo, esto encierra una enorme oportunidad de crecimiento si la sabemos incorporar a nuestra vida.