Muchas veces queremos avanzar rápido o quererlo todo de una vez, sin embargo, aprender de que “cada día tiene su afán” es fundamental para poder aprovechar el valor y los aprendizajes que hay dentro de los procesos. Comprender que no se puede todo de una vez, que hay cosas que requieren madurar, que todo tiene su tiempo y que si bien hay que trabajar para que los resultados ocurran, también hay que saber dejar “reposar” para que el resultado crezca frente a nosotros.
En este nuevo episodio abordo este tema, el de ganar la perspectiva y calma suficiente que nos ayude a tener objetivos diarios y enfocarnos en los logros del día a día.