En el nombre del amor la historia de la humanidad está repleta de las cosas más bellas de las artes, hasta las atrocidades más terribles de las guerras. El amor es, quizás, uno de los sentimientos que más fuertemente ha movido voluntades, teniendo tantas versiones de entendimiento como personas y momentos en que éste (el amor) es invocado, y que por su enorme flexibilidad y liquidez permite ser endosado a prácticamente cualquier cosa.
Debo decir, como es de costumbre, que no pretendo llegar a una conclusión sobre qué es el amor, sino tan solo dejar ciertas reflexiones y preguntas para que usted, en esa libertad interpretativa, le pueda dar el uso que más le plazca a este artículo.
¿Cuántas cosas ha hecho en nombre del amor que no volvería a realizar ni aunque le obligaran? quizás encuentra alguna en su propia historia, porque para hablar de amor, alegría, miedo, incertidumbre o sufrimiento (solo por mencionar algunas emociones) no es necesario ir tan lejos, ya que todas ellas alojan en nosotros, aunque no de la misma manera, ya que cada uno tiene un aprendizaje diverso sobre cómo experimentar y darle significado a cada una.
Existen dos conceptos filosóficos que me parecen muy interesantes cuando uno se aproxima a una cuestión o tema. Una de ellas es el concepto de “atributo”, muy abordado por Spinoza, donde las cosas tienen un significado en sí mismas, elementos que le son propios e inexorables. Tal como diría Shakespeare en Sueño de una noche de Verano, al señalar que “El amor no mira con los ojos, sino con la mente”, otorgando a esta emoción una propiedad en sí misma.
Por otra parte, se encuentra la mirada “consecuencialista”, que mira a las cosas en términos de sus repercusiones y resultados contrastables. Es decir, que si en nombre del amor genero un bien, por ejemplo, otorgo momentos de felicidad a otra persona, o hago una buena obra en mi comunidad, entonces diríamos que el amor es bueno; en cambio, si en nombre del amor mato personas diría que el amor es malo.
Si lo llevamos a nuestra vida podremos encontrar, muy probablemente, ejemplo de ambas cosas. Es decir, hemos adquirido una idea romántica del amor que está fuertemente imbuida en la cultura, los relatos, el cine, etc. Donde se presente a esto del amor y el amar como algo deseable, necesario y que a la vuelta de cualquier esquina puede estar esperando y acecharnos para cambiar nuestra vida en un antes y un después sin retorno. Otras tantas veces, vemos como el amor (o nuestra forma de amar y ser amados) genera resultados nocivos, nos resta autonomía, capacidad de pensamiento crítico, nos lleva incluso a cruzar el cerco de la ética o lo moral, incluso de aquellas creencias valóricas más intrincadas en las personas.
En el nombre del amor se ha escrito y hecho de todo, siendo usualmente un lindo argumento para justificar tanto lo “bondadoso” como lo “infernal”, tal como decía Dostoievski en Los hermanos Karamasov, al señalar que: “¿Qué es el infierno? Mantengo que es el sufrimiento de no ser capaz de amar”.
Personalmente creo que el amor es una emoción humana que nos permite la trascendencia, ya sea en la creación, en la ideación, en el vínculo con otro, en la realización propia del amor interno, es esa búsqueda compulsiva por sentir que las cosas tienen un propósito noble que va más allá de nosotros mismos y que, solo en la entrega amorosa (a algo, alguien o nosotros mismos), logramos obtener en parte, al menos, de esa realización. Claro que la fantasía de estar alcanzando ese horizonte nos hace pensar que vemos tierra, incluso mucho antes de siquiera zarpar de nuestro puerto interior, pero bueno, a las personas nos gusta la ensoñación, contarnos historias que calmen ese mar de emociones que de cuando en vez nos lanza en una ola a lugares nuevos, o simplemente nos devuelve una y otra vez a la misma orilla de la que más de alguna vez nos ha costado tanto poder escapar, pero siempre es en el nombre del amor.
1 Comment
Victor Manuel Troncoso
Frecuenciadamente para mi. El amor es la materia prima de nuestra creación. Y mal entendida bien o mal.
Si yo por defender por amor a mis hijos, cometo un crimen. Lo primero que prima es el amor por el cual realiza esa acción.
Eso es Amor.(bien)
Si yo por defender el mismo crimen, y también por amor. Me siego, planificó, venganza, gozo. E cruzado la línea. (mal)
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