Muchas personas tienen el rito de hacer balances personales cada vez que finaliza un nuevo año y junto con ello, de establecer nuevas metas para el tiempo que inicia. También hay quienes sugieren la importancia de decretar nuestros deseos para que éstos se cumplan en el nuevo ciclo calendario. Pero ¿para qué y por qué definir nuevas metas? ¿realmente sirve de algo?
En la antigüedad el calendario anual daba inicio el 1 de marzo, hasta que Julio César estableció que el 1 de enero fuera un día dedicado al dios Juno, una deidad romana de los inicios y nuevos comienzos. Fue con el calendario Gregoriano que esta fecha fue establecida como el inicio de cada año, y desde ahí que se extiende la celebración que tenemos en la actualidad.
Existen muchos ritos que se han ido incorporando (y otros quedando en el olvido) para estas fechas. Tal vez uno de los más extendidos dice relación con establecer las metas y anhelos que queremos cumplir cada vez que inicia un nuevo año, intentando que éstos se concreten y podamos alcanzar eso que deseamos en nuestro interior.
Sin embargo, muchas veces cuando queremos hacer este ejercicio de proyección no sabemos bien ni cómo empezar ni cómo hacerlo, y acá te quiero compartir algunas ideas que tal vez te puedan ayudar.
En primer lugar, es importante tener presente que no basta con decretar algo para que esto ocurra. Muchas personas difunden la idea que solo se requiere decretar para que el universo cumpla tus anhelos. Sin embargo, olvidan algo fundamental y me refiero a la ley de la causa y el efecto. Por esta razón, se vuelve crucial no solo establecer metas claras que podamos establecer en nuestro horizonte, sino que también generar las causas para los efectos que estamos buscando, es decir, abocarnos a que esos resultados ocurran, por medio de nuestras decisiones y comportamientos contantes.
Un segundo punto importante, dice relación con lo que se denomina “eje de fluidez” y que es una forma para que nuestras metas nos movilicen más, nos motiven y sean “mejores metas”. El eje de fluidez plantea que toda meta u objetivo debe estar en un equilibrio entre su nivel de desafío y el nivel de realismo.
Muchas veces nos ponemos metas muy desafiantes, el lunes o este año, cambiaré toda mi vida, todos mis hábitos, etc. Se vuelve tan desafiante que finalmente nos paraliza y eso hace que no podamos avanzar realmente. Que nos rindamos antes de tiempo. Es muy común que deseamos lograr en los próximos 12 meses una cantidad gigante de cosas, y nos olvidamos lo mucho que podemos conseguir de nosotros mismos si establecemos objetivos a 5 o 10 años.
Por otra parte, el realismo también es importante, porque si nuestras metas son tan desafiantes que dejan de ser realistas, nos rendimos antes de comenzar. Ambas dimensiones impactan no solo en la viabilidad de lo que deseamos, sino también en la motivación que tenemos para poder lograr nuestras metas. Por ello, busca ese equilibrio, una meta que sea desafiante y realista a la vez.
Finalmente, también podemos incorporar un principio que se ha estudiado en diversas investigaciones de logro, hábitos y desempeño personal. Son los pequeños cambios los que generan los grandes resultados.
Aunque nos parezca muy evidente que grandes cambios generan grandes resultados, la evidencia muestra lo opuesto. Son los pequeños cambios sostenidos en el tiempo lo que genera el logro de grandes metas. Si quieres cambiar tus hábitos, mejorar tu salud, potenciar tus relaciones, aumentar tus ingresos económicos o hacer crecer tu proyecto personal, entonces debes identificar un pequeño cambio que impacte en esos resultados, modificarlo y sostenerlo diariamente. Una vez que lo hallas adoptado, entonces será un buen momento para incorporar otro pequeño cambio sostenido.
Este nuevo año, como cada nuevo día es una tremenda oportunidad que tienes a la mano para que las cosas vayan mejor, para que la vida tenga ese gusto que realmente anhelas en tu interior, y si bien no todo depende de ti, mucho sí lo hace, en tanto pongas compromiso, dedicación y persistencia, toda meta se puede acercar hasta que la tengas entre tus manos. El siguiente paso lo das tú.