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Se acercan los resultados de la PAES 

Faltan pocos días para que se den a conocer los resultados de la nueva PAES, que marca el ingreso a las instituciones de educación superior, que son parte del sistema único de ingreso.  

No solo se ha estrenado un nuevo instrumento que promete poder medir más allá de los conocimientos de los estudiantes, sino que además poder recoger las competencias que éstos tienen para ingresar al mundo de la educación superior.  

Aún no sabemos si esta promesa se cumplirá realmente, lo que sí sabemos es que son miles de jóvenes y sus familias, quienes esperan con ansias los resultados, ilusionados por la elección que marcará sus estudios en los próximos años.  

Sin embargo, estos nuevos estudiantes se encontrarán con algunos desafíos aún no resueltos por el sistema educacional, tales como, una formación centrada en las competencias para el Siglo XXI, lo que conlleva un giro en la forma en que se ha enseñado por décadas a los profesionales. Competencias como el pensamiento crítico, la inteligencia emocional y la capacidad de comunicación y trabajo en equipo, son solo algunas de estas habilidades, sin mencionar las competencias digitales, que se han transformado en la nueva alfabetización de estos tiempos.  

Otra de las situaciones urgentes de ser atendidas, se relaciona con el nivel de deserción estudiantil que sigue existiendo en nuestro sistema. En Chile el 28,8% de los estudiantes de educación superior no finalizan sus estudios, y a nivel mundial este número llega al 34%, generando un impacto social y económico enorme, tanto al estudiante y su familia, como al Estado y las instituciones.  

Finalmente, la duración de las carreras y su conexión con el mundo real del trabajo es otro desafío que aún no se avanza a la velocidad requerida. En un mundo que cambia a una velocidad nunca vista, seguir contando con estudios de licenciatura en cinco o seis años, parece no tener sentido alguno, por lo que repensar la forma en que se enseña y qué se debe aprender, se vuelve una tarea que aún no está realmente abordada por las instituciones y las autoridades de educación de los países.  

Así, el desafío continuo, ahora con una nueva generación de jóvenes que aspiran a recibir una educación que les habilite para enfrentar con mejores habilidades los desafíos que les tocará enfrentar, en un contexto volátil e incierto, pero que sigue abierto de oportunidades para quienes cuenten con la visión y las competencias necesarias para hacerle frente.  

Seguiremos esperando los nuevos resultados de esta prueba de acceso a la educación superior en Chile, con la confianza que, aunque sea lentamente, seguiremos avanzando a un sistema educacional que brinde mayor nivel de calidad, en conexión con los desafíos de un entorno que requiere de más y mejores técnicos y profesionales, que cuenten no solo con conocimientos de sus áreas específicas, sino que también, tengan esas habilidades que marcan la diferencia.  

El desafío sigue abierto. 

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Cambiar primero

La mayoría de las personas dicen querer cambios, ya sea en el ambito político, social, económico, en sus relaciones laborales o en sus vínculos familiares. Los seres humanos, pareciera ser, somos unos eternos insatisfechos que queremos que las cosas sean diferentes. 

Esta búsqueda constante de cambio ha ayudado a nuestra inquieta capacidad creativa que nos permite moldear el mundo que nos rodea y construir en lo cotidiano, aquello que antes eran solo ideas. 

No obstante, también este deseo de cambio externalizado que pareciera reinar por estos tiempos, nos quita de algo que es fundamental: hacernos cargo de nuestro propio cambio. 

Cuando queremos cambiar lo que está fuera de nosotros, sin modificarnos nosotros mismos, entonces estamos en el anhelo que usualmente lleva a la frustración, la rabia y la desilución. Quiero que mi pareja cambie, que mi jefe cambie, que el gobierno cambie, que la economía cambie, etc, etc, etc. 

Pero ¿y tú? ¿quieres cambiar? ¿qué quieres cambiar? No existe real transformación sin mirarnos en el interior y trabajar sobre nuestras propias brechas de habilidades, de competencias, de consciencia, etc. 

Cuando revisamos lo que se plantea desde las líneas de autoliderazgo, lo que encontramos una y otra vez, es esta idea de que antes de conducir a otras personas y lograr el cambio o la inspiración, debemos construir el proceso y las habilidades para gobernar nuestras ideas, emociones, hábitos y la vida en general. Quien no gobierna su propia vida no está en condiciones de cambiar al mundo, al menos no de hacerlo de forma virtuosa. 

La virtud es un concepto que espero desarrollar en otro artículo futuro, ya que es algo perdido en estos tiempos, olvidado e incluso devaluado.

Pero si volvemos a la idea principal de este texto, es que necesitamos mirar dentro, trabajar primeramente con nosotros y dejar de esperar que el cambio lo haga el resto y venga desde otro lugar. 

Por cierto que existen muchas cosas que deben mejorar, pero para transformarlas debes tú también colaborar, y para aportar de forma efectiva, debes estar en condiciones de hacerlo, es decir, trabajar primero en ti. 

Así que te invito a pensar. ¿qué cambio quieres hacer en ti? ¿qué quieres aprender que aún no logras hacer bien? todo en la vida es aprendizaje y por medio de éste se pavimenta el camino a la plenitud que tanto añoramos.