Personalmente, siempre me ha parecido apasionante el mundo de los idiomas, por su capacidad de brindarnos un nuevo entendimiento de las cosas y la posibilidad de abrir nuevos mundos frente a nosotros.
Esto me llevó a una publicación del World Economic Forum que llamó mi atención, y me llevó a preguntarme ¿cómo se relaciona el aprendizaje de idiomas con la inteligencia?
Quizás podríamos caer en la idea simple de que las personas más “inteligentes” pueden aprender de forma más rápida otros idiomas. Sin embargo, en esta publicación realizada por Rob Smith, se comparte una interesante información sobre cómo funciona la mente a la hora de pensar, y por lo tanto, de desarrollar nuestras habilidades cognitivas que dan vida a lo que podemos entender por la inteligencia o también, la razón.
La idea planteada por Smith, es esencialmente que las personas al momento de pensar lo hacemos usando nuestro lenguaje, basado en el idioma que hemos aprendido. Al incorporar un nuevo idioma, con un gran número de términos, éstos los asociamos con imágenes en nuestra mente, lo que nos permite pasar el concepto abstracto de “zapato” o proyectar en nuestro interior la representación gráfica de lo que conocemos como tal, así como el uso que le podamos dar a este artículo cotidiano.
Para decirlo en “fácil”, las palabras las asociamos a imágenes que nos ayudan a incorporar nuevos conceptos y representaciones del mundo y, por lo tanto, nos ayuda a pensar.
Cuando aprendemos otros idiomas, no contamos con las mismas representaciones gráficas de estas palabras nuevas, por lo que necesitamos asociar las palabras del nuevo idioma a nuevas (o antiguas) representaciones gráficas que podamos tener sobre dichos términos. Esta es la explicación de por qué las personas logramos pensar de mejor forma y en nuestra lengua materna, porque tenemos más asociaciones de significado en dicho idioma, que en una nueva lengua.
¿Impacta el aprendizaje de idiomas con la inteligencia?
Pero ¿cómo se relaciona el aprendizaje de idiomas con la inteligencia?… el asunto funciona de la siguiente manera. Al incorporar una segunda (o tercera) lengua, vamos ampliando nuestras representaciones mentales para éstos nuevos términos, lo que nos ayuda a darle una interpretación más amplia a los conceptos que aprendemos, lo que más que hacernos “más inteligentes” en realidad nos permite pensar de forma más amplia con nuevas asociaciones conceptuales e imágenes mentales que nos ayudan a complementar nuestro actual significado de las cosas.
Así que la próxima vez que nos preguntemos, si las personas inteligentes pueden aprender más rápido o lento un idioma, más bien debiéramos entender el aprendizaje de idiomas se relaciona con la inteligencia, en tanto nos ayuda enriquecer la capacidad cognitiva de interpretar el mundo por medio de las palabras y las representaciones que asociamos a éstas.