Este 6 de abril es un día especial para las miles de personas que hemos optado por dedicarnos a la noble y desafiante misión de acompañar a otros seres humanos a lograr las metas que tienen por delante.
Personalmente, ya son 12 años dedicado al apasionante mundo del coaching, una disciplina que más allá de apoyar a personas a desarrollar nuevas habilidades, ampliar la mirada, encontrar nuevos caminos de resolución y aumentar la satisfacción por medio del crecimiento personal, es una ruta que cambia la propia vida de quien la ejerce.
No se trata solo de estudiar coaching a nivel profesional y vivir, esa experiencia que han vivido tantas personas, de certificarse en tan hermosa disciplina. Sino que se trata de atrevernos a cambiar genuinamente nosotros, evolucionar interiormente para poder ser un catalizador adecuado, un instrumento afinado, que pueda acompañar a otras personas a florecer en sus anhelos.
Hace ocho años que hemos tenido un privilegio único en Smart Coach: contribuir de forma activa al proceso de crecimiento de miles de personas. Han sido más de 5000 egresados que se han formado con nosotros estos años, en catorce países del mundo. Han sido cientos los coachees que nos han confiado sus sueños para que les acompañemos a conseguirlos. ¿Cómo no va a ser un “trabajo” hermoso?
Hemos podido ser testigos, en primera fila, cuando los ojos se abren al cielo, el corazón en encuentra un rumbo y la mente saca lo mejor de sí, ahí, en el rostro de una persona sentada frente a nosotros. El poder de una palabra bien hecha, de una técnica bien aplicada, y sobre todo de una humanidad centrada, sin ese narcisismo que vemos tantas veces en quienes se dicen coaches y gustan de apellidarse profesionales.
Coaching no es “puro humo” y un “club de charlatanes” como quienes dicen por ahí. Coaching es una forma de vivir, de relacionarnos con la vida y sus aristas, de enfrentar en los desafíos con la vista en el horizonte de nuestras metas. Es una manera de sacar lo mejor de nosotros. Como me gusta decir a mis estudiantes, ser coach es ser un agradecido insatisfecho, es decir, personas que siempre valoran y agradecen lo que han obtenido y lo que son, pero que saben y se dedican a ser mejores cada día y llegar cada vez un poco más lejos.
En este día internacional del coach quiero enviarle un fuerte abrazo a cada uno de los coaches certificados que dedican sus labores a acompañar con generosidad, profesionalismo y genuina maestría a tantas personas que lo requieren. Un saludo especial y afectuoso a nuestros miles de egresados, quienes han ido tomando diferentes rumbos y que confiamos que lo aprendido desde el coaching a integrativo ha podido calar en quienes son y lo que hacen.
Sin embargo, no es solo un día para celebrarnos entre colegas, es también un día para agradecer a nuestros clientes que nos han permitido, con fe y generosidad, que entremos en sus vidas y sus historias, en temores y deseos, porque finalmente son éstos quienes nos convierten en reales coaches y en mejores personas.
Feliz día a quienes son coaches y a quienes prontamente lo serán, porque suenan en su interior esas campanadas que llaman a la acción y la decisión, al despertar y el avanzar, y que pronto encontrarán, como muchos otros encontraron antes, un camino de crecimiento propio por medio de entregarse al crecimiento ajeno.
Un fuerte abrazo en este día tan especial.

2 Comments
Alejandra Garriga
Que potente mensaje ! Muchas felicidades Isaias! Y gracias por haberme enseñado un lindo camino de crecimiento personal y profesional !
Un abrazo
Marcela
Orgullosa de haber sido parte de este proceso. Feliz de haber conocido a personas (hoy amigos) espectaculares durante la formación como Coach Integrativo. Gracias Isaías por compartirnos todos sus saberes y tu don de buena gente. Un abrazo tan eterno como todo lo que aprendí. Ahora, ¡a la cancha! 🙂 Marcela.
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